![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLenlQnV77X1eyBLAFl-m5Kab35fAG0V7gVo3nIwPkFgIPXZMAsHkHu1-IaR9V7AzM7Esc39neoCwH17FfKdiU69Z-ZdJBdYySo0Mec9shR5WFruxLx1-OVC1_fNjqDx1r4g-E7Yl0F-o/s1600/intolerante%5B1%5D.jpg_w=500.jpg)
Un matrimonio muere calcinado, y varios celebran como si se
tratara de un triunfo de la selección chilena en la Copa América. Lo justifican
con las muertes de comuneros mapuches. Me dan pena. Un pequeño triunfo para sus mentes retorcidas. De igual modo, la muerte impune de comuneros debería ser atendida. Justificar violencia con más violencia me parece muy triste.
Tengo "amigos" que son nuevos fanáticos religiosos, ex vividores, que hoy defienden a sus
obispos en cuanta red social existe. Está bien. Es legítimo. Pero tanto golpe en el pecho, y ni una migaja
de compasión por los perros asesinados en Punta Arenas. No soy de los que recogen
perros en las calles, y creo que nunca lo seré. Pero no comparen matar perros
con botar bancas de una capilla.
Debe ser que me estoy poniendo viejo. Pero ya no soporto
mucho a la gente. No soporto a los gay que se sienten agredidos por todo. No puedes invocar Ley Zamudio por cualquier cosa. Si no
quieres ser tratado como niñita, no te comportes como tal. Y si lo haces,
después no mandes cartas a los diarios.
En unos meses cumpliré 30 años. Suena espantoso. Superar la
barrera sicológica de los veintisiempre asusta un poco. Ya no puedes decir que
eres "joven" con tanta soltura de cuerpo como hace 10 años. A veces
leo que mi hermana anuncia un nuevo tatuaje y me dan ganas de agarrar un bate
de béisbol, y darle una paliza hasta que desista de su idea de autoflagelación.
Claramente estoy viejo. Hace algunos años hubiese propuesto diseños apropiados
para su cuerpo, pero hoy no. No quiero ni saber de sus ideas juveniles.
¿Quién dijo que los 30 eran los nuevos 20? Ni cagando. A los
20 me comía una vaca y no engordaba. Ahora parezco pudú comiendo pasto todos
los días. Eso, sumado a la dieta del vómito para mantener el peso (broma). Como
sea, no me verán gordo. Subiré el San Cristóbal cuantas veces sea necesario con
tal de no convertirme en una morsa.
Hasta hace muy poco todo me daba lo mismo. Compartí mesa con
cuanto personaje puedan imaginar. Pelotudos, arrogantes, soberbios,
aspiracionales, mentirosos y traidores. Conducta gregaria estúpida para no
salirse del sistema. Ya no puedo. Lo he intentado, pero me da un poco de asco.
La lealtad, primero, es con uno mismo. No voy a estar con quien no quiero estar
sólo por agradar al resto.
Quizás ando apestado de pura envidia. Todo el mundo anuncia
sus vacaciones mientras yo disfruto mi camisa y corbata en Santiago. Necesito
una escapada a la playa para no andar tan desagradable. Todo me parece mal. Además
de denso, ahora soy intolerante. Espero que se me quite…
Si yo voy a cumplir 30, eso quiere decir que mis papás se
acercan a los 60. Los extraño, pero como soy un inconsecuente no hago nada por
ir a verlos. Veo pasar el tiempo como idiota y no disfruto a las personas que
realmente amo. En cambio, gasto plata que no tengo en gente que no vale nada.
Me falta madurar. Reconocerlo, es el primer paso.
Mientras espero que llegue ese 21 de marzo de 2013,
aprovecharé de ser un poquito irresponsable. Todavía puedo. Los pocos cartuchos
que me quedan me lo permiten. Después... ya veremos. Quizás no sean tan malos los
treintaisiempre...